La huerta es un proyecto implementado
por la Comuna de María Teresa desde el año 2012, y que ha ido
desarrollándose como proyecto productivo, educativo y de inclusión
social. Por su dimensión y el desarrollo que apunta a lograr, hasta
puede leerse en clave de soberanía alimentaria: lograr, algún día,
producir lo que se consume en la localidad.
“Verdura fresca y orgánica. Pasa a
visitarnos de lunes a viernes de 7 a 11 horas y de 16 a 19 horas. Te
esperamos. Tenemos a la venta ajo, cebolla, acelga, lechuga amarga,
rúcula, tomate, pimiento, zapallito, apio, albahaca, zanahoria, perejil y
chauchas”, dice el posteo de facebok que hace la gente de la Huerta
Taller El Sol.
Diariamente, dos jóvenes trabajan en los
almácigos e incluso comercializan lo producido. A ellas se suman 6
vecinos más que, egresados de la Escuela para Personas con capacidades
diferentes, aprenden, trabajan y son los destinatarios del dinero
producido de la venta. “La Comuna afronta el pago de los sueldos de las
dos jóvenes que trabajan mañana y tarde, y los 6 chicos con capacidades
diferentes (que llegaron a ser 8) perciben un dinero mensual que llega
del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de la Nación (en el
marco del ‘Programa Promover la Inclusión’) y son los destinatarios de
todo el dinero que se recauda de la venta”, explicó María Cristina
Gómez.
La Presidenta Comunal de María Teresa,
además señaló que “las dos personas que trabajan a diario además son
coordinadas por un ingeniero agrónomo, que es el encargado de espacios
verdes de la Comuna”. Lo producido se comercializa en forma directa sea
mediante una feria que se monta una vez por semana frente a la Comuna, o
en la propia huerta en horarios preestablecidos. El predio de la Huerta
Taller el Sol es de una hectárea y media, y la visita a sus prolijas
instalaciones ya forma parte de las costumbres comerciales de María
Teresa. Según informó María Cristina Gómez “hemos presentado un
proyecto ante el Ministerio de Agricultura de la Nación para hacer un
invernadero, una sala de elaboración de dulces y conservas, y bandejas
de verduras. E incluso un salón de ventas. Y pronto vamos a tener
novedades”. Sobre el funcionamiento de la huerta, Natalia Ruíz (una de
las trabajadoras del proyecto) manifestó: “esto comenzó en el año 2012.
En ese año la Comuna de María Teresa y María Cristina Gómez pensaron
esto, a lo que se le agregó el trabajo con los chicos de la escuelita
especial. Les enseñamos todos lo que es siembra, transplante”.
Sobre la experiencia del intercambio con
sus compañeros de trabajo con capacidades especiales, Natalia remarcó
que “son dos horas que ellos aprovechan. Salen de sus casas, hacen cosas
que no son las que hacen frecuentemente. Se sienten bien, les encanta
la huerta. Trabajan un rato, tienen su descanso; y a nosotros también
nos sacan de la rutina de estar trabajando. Estamos entretenidas con
ellos y también aprendemos”. Verdura orgánica, buenos precios, calidad y
trabajo e inclusión ¿Qué más?
Comuna de María Teresa
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