El proyecto de un grupo de alumnos de la Escuela Media Nocturna Nº 238 “Ricardo Torres Blanco” fue seleccionado en un concurso convocado por el Conicet junto a la Fundación Medifé, sobre la temática de un producto tecnológico vinculado con el cuidado del medio ambiente y la inclusión social.
“De la cocina a la escuela”, tal su nombre, apunta a reciclar el aceite comestible usado y transformarlo en biodiesel, siendo el único seleccionado de una escuela venadense, en el marco de una convocatoria que alcanzó a las escuelas técnicas de las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Entre Ríos.
La propuesta cuenta con el apoyo de la Municipalidad de Venado Tuerto y la Fundación de Investigaciones Energéticas y Medioambientales (FIEM), que se suman al financiamiento de las entidades convocantes.
El apoyo no es casual, ya que el Municipio y FIEM impulsan en Venado el programa ProgrECO, que colecta del segmento comercial aceites vegetales usados (AVU) y lo transforman en biocombustible. El contacto sirve además para conocer otras experiencias de escuelas bonaerenses que ya cuentan con pequeñas plantas de biodiesel.
“Este establecimiento trabaja incansablemente, con un equipo docente que no baja los brazos y que se suma a distintos proyectos. De este modo llegan los resultados”, ponderó la directora de Educación municipal, Bibiana Pieli.
La primera etapa constará de una charla de concientización a vecinos, que se efectuará el viernes 21 de noviembre, a las 20, en el Centro Integrador Comunitario (CIC), de Falucho y Vuelta de Obligado. Estará a cargo de alumnos de 3º año quienes explicarán la importancia de reciclar el aceite comestible usado, ya que un litro de este producto contamina mil litros de agua.
“Los vecinos serán informados sobre cómo deben juntar el aceite en botellas de plástico, que luego serán depositadas en un contenedor ubicado en lugar a determinar del barrio Iturbide. Comenzamos con este barrio porque allí está emplazada nuestra escuela, pero la intención es hacerlo extensivo a los otros barrios de la ciudad”, explicó la profesora Carla Andrades,
La docente indicó que “gracias a la buena predisposición de la gente del CIC”, se instalará en su cocina un pequeño laboratorio, el que luego será trasladado al nuevo edificio escolar. “Comenzaremos con el proceso de elaboración del biodiesel con una cantidad de aceite necesaria”, agregó.
En otra etapa, con el biodiesel elaborado se pondrá en funcionamiento un colectivo del TUP, el que transportará a los alumnos a sus hogares en el horario de salida escolar.
La profesora de Física Mónica Serantes comentó que con el proyecto “también queremos contribuir a evitar la deserción escolar porque la mayoría de nuestros alumnos trabaja y vive a grandes distancias de la escuela. Ellos salen a las 23 y eso quita horas de sueño, lo cual se refleja en un bajo nivel educativo. Además queremos contribuir a evitar hechos de inseguridad que suceden a esa hora. Por eso para ellos será muy importante contar con este transporte escolar”.
La docente destacó el apoyo del profesor Lorenzo Pérez, a cargo de la Dirección de Políticas para el Desarrollo Sustentable, y elevó un pedido a “las empresas interesadas en colaborar con este proyecto” ofreciendo contactarse con la sede escolar.
“Lo que tratamos de hacer, para no superponer esfuerzos, es trabajar en forma conjunta y complementar ambos proyectos, que de este modo se potenciarán”, remarcó Pieli.
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