19 junio, 2014
Bajo la modalidad de concesión de obra pública, ingresaron al Ejecutivo dos anteproyectos para la futura traza, uno de ellos elaborado por la Dirección Nacional de Vialidad y el otro por Consultora Consular, siendo elegido técnicamente el primero dado que, para los varios cruces urbanos que encuentra la vía en su recorrido, se han diseñado sendas rotondas, consideradas de notable “eficacia” en la prevención de accidentes viales respecto a los tradicionales cruces a nivel.
Sobre el tema, el secretario de Planificación y Gestión, Daniel Dabove, afirmó que se trata de otro de los proyectos estratégicos que se vienen desarrollando desde el Municipio junto a varios organismos nacionales y la concesionaria de la ruta”, indicando luego que es “una de las obras complementarias, junto con la autopista Rosario- Rufino, que marcará el destino de la ciudad en los próximos años”.
El funcionario aseguró que el presupuesto nacional tiene asignada una partida para iniciar la obra, sobre la base del proyecto “en elaboración”, que no obstante ya cuenta con la definición de traza y accesos.
La nueva traza del recorrido urbano de la ruta 8, redundará en beneficio de la seguridad vial, respondiendo a un viejo anhelo de la comunidad. Se iniciará en la denominada “Curva de Pastorino” para alejarse unos 2 mil metros de la actual trama urbana, y tendría delineado dos accesos a la ciudad: el camino a San Eduardo y la avenida Jorge Newbery.
“Quizá en el futuro deberíamos tener un tercer acceso, aunque buscamos otras alternativas para distribuir el tránsito. La traza tendría su unión con la futura autopista 33 a la altura de lo que se conoce como La Escuelita”, precisó el secretario.
Si bien se la considera una obra de seguridad vial, el planteo del Municipio es que la concesionaria “pueda ir haciendo otras obras que necesitamos, como el acceso al camino a San Eduardo o la pavimentación del camino de Circunvalación; todas obras estratégicas que se van uniendo unas con otras en pos de marcar un accesibilidad a la ciudad desde el punto de vista regional”.
Dabove aclaró que “los plazos de obra fueron redeterminados, aunque hay que recordar que la empresa fue cumplimentando -dentro de lo posible- las obras que le fueron requeridas, como el acceso por Chapuis y ya tiene casi aprobado el acceso por avenida Santa Fe”, tras lo cual describió las distintas etapas administrativas que deben sortear los proyectos de esta índole.
El Plan General y sus “padres”.
Durante el anuncio ante la prensa, el secretario Dabove encuadró la obra proyectada para ruta 8 entre los ejes que conformaron el Plan General de Venado Tuerto (PGVT), y que la gestión municipal del intendente José Freyre viene desarrollando como uno de los lineamientos estratégicos.
Más allá del proyecto, Dabove hizo referencia al PGVT y a sus supuestas “paternidades”: “Este tema tiene tantos padres… cuando en realidad el único padre es la ciudad y sus habitantes. Y lo tiene que llevar adelante el intendente de turno y sus funcionarios, además de los concejales. El PGVT es un conjunto de proyectos que deben ser revisados a lo largo del tiempo, como lo demuestra el tema seguridad, que es actual y que en su momento no estaba contemplado”, ejemplificó.
Cabe recordar que Dabove integró junto a otros profesionales y técnicos el equipo del PGVT desde sus inicios, una instancia interinstitucional que estableció entonces líneas rectoras para la ciudad, muchas de las cuales hoy se impulsan.
“Todo debería hacerse por consenso y muchas de las cosas por las cuales hoy se lo acusa al intendente, responden a decisiones tomadas junto a otros funcionarios y concejales. En lo personal, trataré hasta el último día de gestión de cumplir con estas premisas. Si es un proyecto estratégico, lo es de toda la ciudad y tiene que contar con todas las opiniones posibles”, remarcó.
Focalizando en uno de los planteos escuchados: la ubicación del nuevo hospital, Dabove llamó a conocer “los elementos que tuvieron a su alcance en aquel momento el intendente y los funcionarios provinciales, quienes vinieron a pedir que ese fuera el lugar; la Municipalidad no tenía 12 hectáreas en el lugar que quería la Provincia para poner el hospital y el Parque General Belgrano no estaba escriturado a nombre del Municipio”, rememoró.
“Los concejales venían todos los días a hablar para destrabar el tema y el intendente no podía negarse a darle el terreno a la Provincia argumentando falta de plata. La Municipalidad puso al alcance lo que tenía disponible. Eso es el Plan General, arribar a consensos, pero también hacer lo mejor con lo que tenemos en el momento”, completó.
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