Cuando mayo ya partía (y a un año de su
fallecimiento) varios vecinos e instituciones de la localidad de Chovet
resolvieron homenajear la memoria de uno de sus hijos dilectos: Ángel Hugo
Ludueña. “El Negro Cachilo”.
Sucedió en el cementerio de esta localidad donde
distintos referentes del Chovet Motor Club, representantes de la Federación
Regional de Automovilismo de la provincia de Santa Fe, vecinos en general y
hasta la propia Comuna de Chovet, decidieron recordarlo como merece. De ese
momento de conmemoración, sus familiares fueron testigos y destinatarios.
Vivió
en Chovet hasta entrada la década del ´80. Durante años fue gerente de la
empresa acopiadora de granos Aramburu Hnos. Y desde allí colaboró denodadamente
con varias instituciones de la localidad.
Como militante del Partido
Justicialista y en virtud de su prestigio personal realizó gestiones en
distintos estamentos del estado (especialmente provincial) logrando, entre
otras cosas, la asignación de sendas viviendas para su querido Chovet.
Ese perfil
público lo hizo también jugar un rol central en la historia del Chovet Motor
Club e incluso de la Federación Regional de Automovilismo de la Provincia de
Santa Fe, de quién fue uno de sus mentores. Sus compañeros de rutas (entre
ellos el ya extinto Lorenzo Romero, Enrique Pinna, Walter Celestino y Juan
Segurado) siempre lo recordaron con afecto y
agradecimiento.
Aquel trabajo de Ludueña en pos de su pueblo hoy es
materia de recuerdo y modelo a seguir para la Comuna de Chovet. Un pueblo que
le devuelve algo del afecto que el propio “Cachilo” sentía por él. Una de sus
últimas disposiciones en vida fue que sus restos mortales fueran depositados en
esta localidad, y pese a que vivió sus últimos días en Venado Tuerto en virtud
de la actividad comercial que desempeñaba; hoy transita el virtuoso camino a la
eternidad en su terruño. Y el pueblo de Chovet, lo abraza.
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